En 1700 comenzó a reinar en España Felipe V de Anjou » el Animoso», el primero de la Casa Borbón. En un futuro próximo (en el horizonte 2020) me atrevo a señalar, España adoptará como forma de Estado la República por mayoría popular y uno de los cambios pendientes en la escena política nacional se convertirá en realidad.

Saben los lectores de mi blog que suelo espaciar durante meses mis reflexiones y análisis sobre la política, la empresa y la sociedad española. Los cambios y sucesos que vivimos son más acusados, profundos y frecuentes que nunca antes lo han sido. Y seguirán así. Quien iba a decir que el PSOE y Sánchez lideraran el país con una izquierda dividida (para variar, entre el Frente Popular de Judea y el Frente Judaico Popular), unos nacionalistas secesionistas y una derecha con más de 40 diputados que el PSOE y con mayoría absoluta en el Senado…

Pedro Sánchez aprovechó la única oportunidad que quedaba, el hartazgo por la corrupción, y basó su estrategia en la única forma de comunicar, a mi juicio posible, con la sociedad española: el Liderazgo por Valores o Principios. Un estilo de Liderazgo formulado hace más de 25 años y que cierra la puerta a la disensión de las fuerzas de izquierda salvo riesgo de quedar anuladas y penalizadas electoralmente si se atreven, como Podemos hizo en su día, a negar su apoyo al PSOE; por otro lado este estilo de liderazgo no es caro en términos presupuestarios y sirve para conectar con una amplia capa social que vuelve al paraguas socialista.

Pero hay más, dentro del debate catalán y nacionalista, el único arma que le quedará al PSOE, y Sanchez lo sabe, es vehicular los cambios dentro de uno mayor: la forma de Estado. La Nueva República. Algo que no solo el sentido común impone, sino la contingencia.

Y si el PP además elige a Pablo Casado…vuelve Aznar y entonces ya habrá un aliado más: el PP para afrontar el tránsito republicano.

Bye, Bye, Felipe