A los 33 días de haber ganado las elecciones generales, siendo la primera fuerza política en España (aunque perdiendo la mayoría absoluta), el líder del Partido Popular, Mariano Rajoy comunica en rueda de prensa que no está en condiciones de presentarse a la sesión de investidura al no tener votos suficientes.

Mientras tanto, el líder de la segunda fuerza política (PSOE), Pedro Sánchez, no deja de decir personalmente y a través de sus portavoces que lo que toca es que hay que respetar las formas y que debe ser Mariano Rajoy quien debe presentarse a la investidura (y fracasar y así salir el PSOE como garante y tal y tal…)

En todo caso, los problemas y las personas en dificultad pueden esperar, mejor dicho, deben esperar.

En Política con mayúsculas, no caben conductas cobardes, tacticismo barato o discurso para idiotas. No voy a presentar situaciones ideales o artificialmente mejoradas. Voy, si me permite el lector, a fijar nitidamente lo que haría (si fuera Pedro Sánchez) en la situación real a 25 de enero de 2016 actuando según los siguientes Principios;

  1. Comenzar con un Objetivo en mente: mi misión es alcanzar el Gobierno de España para asegurar el bienestar de la mayoría y aplicar las medidas del Programa con el que me presenté a las elecciones y que es el contrato con el electorado al que siempre he de dar cuenta
  2. Comprender para ser comprendido: soy la segunda fuerza, habiendo perdido 30 diputados desde las elecciones anteriores. Necesito además impulsar medidas y políticas de izquierda que inevitablemente necesitan del apoyo de la tercera fuerza política (Podemos) así como de otras fuerzas Nacionalistas con las que conseguir apoyo para una reforma constitucional que mejore el encaje de los nacionalismos asegurando el respeto a la voluntad popular y a la ley
  3. Jugar a Ganar Ganar. Estrategias absurdas de «yo gano y tu pierdes» en este escenario, son imposibles de acometer; pero más suicida y perverso es «yo pierdo y tú pierdes» forzando a otros posibles socios a extremar la apuesta o llegar a utilizar lineas rojas que conduzcan a nuevas elecciones
  4. Lo Principal al Principio. Que nos une, cuales son las necesidades más urgentes y prioritarias, cuales las materias y politicas (laboral, empleo, educación, sanidad, financiación autonómica, libertades, transparencia, ley electoral,etc) en las que coincido con mis posibles socios para ponerme a negociar con ellos fijando las prioridades en el marco de una legislatura (por la que nos han votado)
  5. Ser Proactivo. Es imbécil e irresponsable el discurso de; no no, que se desgasten otros… Cojo el toro por los cuernos y ya que tengo la voluntad, el mandato y el programa, me siento a negociar con Podemos, Ciudadanos y Nacionalistas y llegar a Acuerdos mediante una estrategia de Negociación de escalera; cerrando los acuerdos y dejando pendientes los desacuerdos en aquellos temas o materias en las que no se haya producido consenso
  6. Renovación y Cambio. Aceptando que no tengo toda la razón, que otros tienen razones y prioridades y que debo asumir ese reto. Que son las personas las que impulsan las políticas, gestionan, gobiernan y toman las decisiones. Por tanto, hablar de quienes van a formar el Gobierno, quien será vicepresidente o ministro de cualquier cartera es, no sólo legítimo, sino adecuado, contingente y necesario. Gobernamos para las personas y son personas singulares las que pueden hacer fracasar o tener éxito en la tarea de gobierno.
  7. Sinergia. Este es el momento de alcanzar la izquierda lo mejor de sí misma. Haciendo historia y ampliando su base social para impulsar una mejor España, Europa y Mundo. Pensar que los demás van a inclinarse ante mí, o que estoy en posesión de la verdad revelada es tragicómico por no decir grotesco. Se acabó el pensamiento único. Se acabó desde hace tiempo la división entre intelectuales y obreros en la izquierda. Basta ya de gilipolleces y actitudes Caudillistas. Sobre todo, como en el chiste, cuando no se tienen agallas ni votos suficientes.
  8. Por último, Auto Desarrollo. Este octavo principio (los primeros 7  los he tomado de los 7 Hábitos de la gente altamente eficaz de Stephen Covey) lo aplicaría al funcionamiento de mi organización interna: listas abiertas, democracia real, límite de mandatos para todos los niveles de representación pública y orgánica: concejales, parlamentarios autonómicos, nacionales, eurodiputados y comités. Ya va siendo hora de que todos podamos participar, no solo unos cuantos, en la gestión y responsabilidad pública.

Lo siento, pero no soy Pedro Sánchez. Ni quiero serlo. Me basta con tener claros ciertos valores, principios y demostrar con mis actos lo que las palabras encierran.