«El lenguaje político está diseñado para hacer que las mentiras suenen confiables y el asesinato respetable; y para darle la apariencia de solidez al mero viento»

(Political language… is designed to make lies sound truthful and murder respectable, and to give an appearance of solidity to pure wind.)

Esta cita de George Orwell me viene a la mente cuando en el telediario veo Comisarios de Policía que poseen empresas de millones de euros citándose con Presidentes de Gobierno de Comunidades Autónomas (pongamos que hablo de Madrid), grabando dichas conversaciones mientras fraguan tramas corruptas de chantaje y encubrimiento. Observo como el Político convoca ruedas de prensa y denuncia que es chantajeado, extorsionado y que además el complot de funcionarios del Estado se confabula con operaciones de «fuego amigo» provenientes del interior de su propio partido popular.

George Orwell estuvo en España durante la guerra civil y su participación cambió para siempre su visión del mundo. En 1946 escribió «La guerra de España y otros acontecimientos ocurridos en 1936-1937 cambiaron las cosas, y desde entonces supe dónde me encontraba. Cada línea en serio que he escrito desde 1936 ha sido escrita, directa o indirectamente, contra el totalitarismo y a favor del socialismo democrático como yo lo entiendo» .

Esta sociedad de hoy, construida y manejada por políticos sin vergüenza se asemeja mucho a la sociedad distópica que Orwell describe con acierto en su famosa novela 1984.

Oigo hablar a este Gobierno, prometer a sus miembros de Gabinete, escuchar sus silencios evidentes y cómplices y temo lo peor en estos tiempos electorales que comenzamos intensamente a vivir en 2015. Al igual que los Ministerios Distópicos de Orwell: el Ministerio de la Verdad, de la Paz, del Amor o de la Abundancia; seguro que prometerán crear el de la Transparencia o el del Ciudadano.

Solo espero que muchos como yo no nos dejemos arrastrar por los cantos y migajas de las campañas y medidas electorales y tampoco caigamos en el frenesí de algunos que no piensan lo que dicen sino que dicen lo que quieren oír los demás. Unos y otros pueden llevarnos a la España Distópica, a una Sociedad sin valores y sin sentido.