Dentro de pocas horas asistiremos a la comparecencia en el Congreso de los Diputados, del Presidente del Gobierno Mariano Rajoy. Intervendrá el Presidente y a continuación los portavoces de los Grupos Parlamentarios. Practicamente 10 intervenciones (algunas de mayor duración, otras de menos en función del número de diputados) a las que hay que sumar las réplicas y contraréplicas de los intervinientes. Cada portavoz puede decir lo que quiera, introducir los asuntos que estime convenientes y además, como la respuesta en todo caso del Presidente del Gobierno puede llegar una hora o tres horas después (según agrupe o no la réplica o decida contestar…), estamos ante una sucesión de monsergas, admoniciones y minutos de gloria para que cada cual se explaye a gusto.

Desde el punto de vista comunicacional el formato es un desastre. Desde el punto de vista informativo, da tiempo a las cadenas para marcar, seleccionar y editar los mensajes y extraer algún total de cada interviniente. Desde el punto de vista de la audiencia es imposible de seguir intencionalmente debido a la estructura y duración del formato escogido  (y eso obviando que se realiza un dia como el elegido y a las 09:00 a.m).. De cara a los resúmenes que faciliten los medios, se supone que cada portavoz preparará convenientemente determinadas locuciones y declaraciones dentro de su intervención.

Solo la sorpresa, lo inesperado y/o la contundencia y rotundidad de lo expresado por alguno de los portavoces, puede impactar en la audiencia y en los medios. Pero eso exigiría una radicalidad y valor político que no parece probable.

Con otro formato se podrían facilmente comparar las propuestas y argumentos expuestos, acercando a la audiencia a una toma de posición; también a reequilibrar a favor de la oposición los tiempos, ritmo y profundidad del debate. Pero eso es una Moción de Censura con Candidato y Programa alternativo. Si se gana esa Moción claramente, aunque se pierda en la votación, los ciudadanos sabrían que hay otra forma de gobernar, con otras medidas y con otros intereses que defender: los de la mayoría.

También sabrían quienes les han urtado la posibilidad de ese cambio: los diputados del Partido Popular. Habrá que esperar…