La Construcción de una Alternativa de Izquierda en España: Diagnóstico y Propuesta

Todo parece indicar que la izquierda política española, en sus diversos «sabores» se presentará atomizada en las urnas, mientras la derecha encuentra la pluralidad en dos opciones nacionales: PP y CIUDADANOS, y en las variaciones nacionalistas en Comunidades como la Vasca, la Catalana, Navarra y Canaria.

Esta dispersión del voto de izquierdas se podrá constatar en las elecciones municipales y autonómicas del próximo 24 de mayo; pero se agudizará por aplicación del sistema D’Hont en las elecciones generales al tratar las circunscripciones provinciales. Así obtendremos una mayoría de gobierno (no de votos) en la simple combinación PP + CIUDADANOS; sin embargo la dispersión probable entre PSOE – PODEMOS – IU – Candidaturas de Izquierda, no proporcionaría una mayoría de Diputados para conformar gobierno y articular una Alternativa al actual sistema de gobierno.

Mientras que es prácticamente imposible una unión electoral entre PSOE y PODEMOS debido a la postura y convicciones personales de sus dirigentes, si podría darse una «unión-integración» entre IU y PODEMOS. Si las direcciones nacionales supeditaran sus intereses formales a los reales de sus votantes, dicha unión en la papeleta electoral en muchas circunscripciones concentraría el voto proporcionando más diputados.

Desde esta perspectiva hay que añadir que, desgraciadamente, existe una corriente de pensamiento e intereses concretos dentro del PSOE que estaría conforme con el actual estado de cosas aunque pudieran pasar a ser la tercera fuerza política en vez de la segunda si PODEMOS supera el listón del 20%. Parten del siguiente análisis:

  • Mantienen el poder del aparato y de la Representación Pública. Al hacer las listas garantizan su pervivencia colocándose en puestos seguros de salida. Aunque pierdan, ganan presencia en detrimento del cambio político.
  • Cuanto peor, mejor. Parten de la base, a la que algunos pseudo intelectuales de izquierda dan alas, de  una vuelta del electorado al voto socialista después de sufrir una segunda legislatura popular que profundice en la desigualdad y agudice la necesidad de cambio. En 2019 volverían como la opción ganadora.

Sin embargo existe otra forma, al menos, de hacer las cosas. Es verdad que la Alternativa sólo puede ser Socialdemócrata. Una opción como el PSOE podría aglutinar una sensata y eficiente gestión de la Crisis y erradicación de la desigualdad, garantizando un reparto equitativo y justo de la riqueza nacional. Pero para ello ha de ser vista como sincera y auténtica. El Rubicón a pasar sometería al PSOE a negociar con su izquierda (PODEMOS, IU, otras fuerzas) un programa cabal, socialdemócrata y representativo de las demandas populares. Y a pactar las listas y candidaturas a Congreso y Senado, salvo la Presidencia del Gobierno que quedaría en manos del PSOE.

No es utópico ni cándido pensar así. Cierto es que PODEMOS difícilmente llegaría a ese tipo de acuerdo ahora que ven con regocijo el posible «sorpasso». Pero aún sin PODEMOS, ¿porqué no intentarlo con los demás?  ¿Acaso el PSOE o su dirección se han olvidado del papel del Partido y la función de éste de aglutinar a los Movimientos Sociales y políticos de izquierda? Desde el XXIX Congreso, hace más de 36 años, era y es obligada tarea de los Socialistas conseguir esa imbricación de la izquierda. El fracaso nos ha llevado a ver como en las próximas elecciones municipales se presentan opciones de izquierda agrupadas en torno a líderes sociales, profesionales y ciudadanos que deberían estar militando en un proyecto político socialdemócrata en vez de muchos candidatos funcionarios que presenta el PSOE sin tirón electoral. Para más INRI, contratando «Independientes» en diversas plazas.

Los resultados del 25 de mayo fijarán la magnitud de la necesidad de este cambio y la urgencia de llevarlo a cabo. Por que no queda tiempo, ya avisé en mi post anterior que en la segunda quincena de septiembre se convocarían las elecciones generales. Y hoy el Presidente del Gobierno prácticamente lo ha confirmado (a su manera).

Si los dirigentes políticos de izquierda no son capaces de verlo es porque no quieren o no pueden. En todo caso, no nos valen. Como el de la Unión Popular de Judea.